Reacciones adversas a cosméticos es un artículo escrito por la Doctora Sabela Paradela de la Morena, Dermatóloga en Coruña en Clínica WS.
Reacciones cutáneas adversas a cosméticos:
1. ¿ Qué son y qué tipos existen?
Según la legislación europea, un cosmético es una sustancia o una mezcla de sustancias destinada a aplicarse en las superficies externas del cuerpo humano (epidermis, pelo, uñas, labios y genitales externos), en los dientes y/o en la mucosa oral, con el fin exclusivo o principal de limpiarlos, perfumarlos, modificar su aspecto y/o corregir los olores corporales.
Dentro de esta definición se incluyen los productos de higiene (geles, jabones) e hidratación cutánea (cremas, lociones), los cosméticos capilares (champús, tintes capilares), las pastas de dientes, el maquillaje, los cosméticos ungueales (lacas de uñas, uñas artificiales), las fragancias (desodorantes, perfumes), los productos de depilación y los fotoprotectores. Estos cosméticos se pueden clasificar en productos stay-on o leave-on, destinados a permanecer durante tiempo en contacto con la superficie cutánea, y productos rinse-off o wash-off, que se deben eliminar con agua a los pocos minutos
Los medicamentos cosméticos tópicos, los cosmecéuticos y los procedimientos cosméticos mínimamente invasivos desempeñan un papel importante en la práctica dermatológica. El amplio uso de cosméticos y productos para el cuidado de la piel en todo el mundo aumenta la posibilidad de exposición a irritantes y alérgenos de contacto.
Las reacciones cutáneas adversas a los cosméticos incluyen la dermatitis de contacto irritativa, la dermatitis de contacto alérgica, la dermatitis fototóxica o fotoalérgica y la urticaria de contacto. El dermatólogo debe ser consciente de estas posibles reacciones cutáneas y tratar de identificar los agentes causantes y otros factores que contribuyen a ellas. La mayoría de estas reacciones se pueden tratar sin secuelas, una vez que se reconoce y se evita el agente causante.
La prevalencia de la dermatitis de contacto por cosméticos se ha situado entre el 2-4% de las consultas dermatológicas, aunque está probablemente infraestimada ya que la mayoría de los pacientes con eccemas de contacto leves no consultan al especialista y se limitan a evitar el cosmético sospechoso.
1.1. Dermatitis de contacto irritativa (DIC)
Se trata de una de las reacciones adversas a cosméticos más comunes. Se define como una inflamación local que no está inicialmente mediada por el sistema inmunitario. Está favorecida por una predisposición personal (dermatitis atópica) y por factores ambientales. Las ceramidas, uno de los principales componentes del estrato córneo, desempeñan un papel clave en la protección contra los irritantes. La exposición repetida a irritantes altera la barrera epidérmica y aumenta la pérdida de agua transepidérmica.
La gravedad depende de las propiedades químicas, la cantidad y la potencia del agente, y la duración y la frecuencia de la exposición. Puede ser provocada por la exposición repetida a agentes suaves, como jabones, limpiadores hidroalcohólicos y detergentes. Además, el fregado fuerte con ayuda mecánica (cepillos, esponjas sintéticas o cosméticos que contienen esferas microabrasivas) aumenta el riesgo de irritación. Los trastornos psíquicos que conducen a una limpieza obsesiva-compulsiva de la piel también pueden dañar la función de barrera de la piel.
1.2. Dermatitis alérgica de contacto (DAC)
La dermatitis alérgica de contacto (DAC) representa una verdadera reacción inmunitaria de tipo retardado (tipo IV), por lo que es necesaria una exposición y sensibilización previas al agente causante. La sensibilización depende de la composición del producto, la potencia del sensibilizador, la cantidad de producto aplicado, la frecuencia y la duración de la aplicación y la integridad física de la barrera epidérmica. Los pacientes con dermatitis atópica o eczema de manos concurrentes tienen un mayor riesgo de desarrollar una sensibilización de contacto.
Aproximadamente, el 17% de los pacientes a los que se les realizan pruebas epicutáneas mediante parches en una unidad de alergia cutánea refieren que sus lesiones son compatibles con una posible sensibilización a cosméticos, siendo el 59% de los parcheados por este motivo positivos para alguna prueba, con una mayor prevalencia de las mujeres frente a los hombres. Los productos de higiene e hidratación cutánea son los responsables de la mayoría de las DAC, seguidos del maquillaje, los cosméticos capilares y ungueales.
A pesar de que no hay características que distingan inequívocamente la DAC y la DIC, hay ciertas diferencias:
- Aunque el picor puede estar presente en ambas condiciones, es un síntoma clave en la DAC, mientras que el ardor, el escozor, el dolor y el escozor son más característicos de la DIC.
- La DAC se produce tras la reexposición al alérgeno después de una fase inicial de sensibilización, mientras que la DIC no se basa en una sensibilización previa y puede producirse en la primera exposición al agente causante.
- La reacción máxima se produce más lentamente en la DAC (en 3-4 días) que en la DIC aguda (en minutos u horas), mientras que la DIC crónica se desarrolla gradualmente tras la exposición repetida a irritantes más leves, como simplemente el agua y el jabón.
La distinción clínica entre la dermatitis irritantiva y la alérgica puede ser un reto porque ambas afecciones pueden dar lugar a reacciones eczematosas. Las manifestaciones clínicas van desde un eritema y una descamación leves con un picor mínimo hasta placas vesiculoampollares y liquenificadas muy pruriginosas.
Además, pueden superponerse a veces, ya que una irritación y una alteración de la barrera epidérmica puede facilitar la absorción de alérgenos que pueden provocar una respuesta inmunitaria en individuos susceptibles.
1.3. Dermatitis fototóxica
La fitofotodermatitis es una erupción cutánea fototóxica no inmunológica causada por la exposición tópica a compuestos fotosensibilizantes derivados de plantas y la posterior exposición a la luz ultravioleta (UV).
Las furocumarinas (psoralenos y angelicinas) son los agentes químicos fotosensibilizantes más comunes. Las familias de plantas que producen estos compuestos son las Apiaceae (perejil, apio), Rutaceae (cítricos), Moraceae (higos) y Fabaceae (guisantes). La radiación UVA de onda larga (340-400 nm) es responsable de la mayoría de las reacciones fototóxicas que dan lugar a la fitofotodermatitis.
La erupción cutánea de la fitofotodermatitis se produce en zonas expuestas al sol en contacto con plantas que contienen estos compuestos fotosensibilizantes. La hiperpigmentación marcada, por lo general en una configuración extraña o un patrón lineal, suele ser el hallazgo físico dominante en la presentación clínica. Ocasionalmente, también pueden desarrollarse lesiones vesiculoampollares.
1.4. Urticaria de contacto
Se divide en subtipos inmunológicos y no inmunológicos:
- La urticaria de contacto no inmunológica es la forma más común y se produce en ausencia de exposición previa. Las ronchas localizadas aparecen en los 30-60 minutos siguientes a la exposición y no van seguidas de síntomas generales.
- La urticaria alérgica de contacto es una reacción de hipersensibilidad de tipo inmediato (tipo I) y se produce en individuos sensibilizados entre minutos y horas después de la exposición al alérgeno. Los pacientes experimentan eritema, hinchazón y prurito, que puede ser localizado (ronchas) o generalizado (angioedema, conjuntivitis, broncoespasmo, hipotensión). Las reacciones graves pueden ser mortales.
2. ¿CUÁLES SON LOS COMPONENTES DE LOS COSMÉTICOS MÁS FRECUENTEMENTE IMPLICADOS?
2.1. Irritantes
En el ámbito clínico, las sustancias irritantes se utilizan para tratar el acné, la hiperpigmentación y el fotoenvejecimiento. La profundidad de la penetración varía según el agente, la concentración de éste y el tiempo de exposición.
Entre los numerosos agentes «exfoliantes» se encuentran los ácidos retinoico, glicólico, tricloroacético y salicílico, el resorcinol y el fenol. Tras el uso de retinoides tópicos también pueden producirse reacciones de irritación y fotosensibilidad que se manifiestan en forma de eritema, descamación e irritación. La disminución de la frecuencia de aplicación y la aplicación de una crema hidratante de barrera junto con un protector solar pueden mejorar la tolerancia.
Los factores mecánicos, químicos y ambientales pueden actuar solos o en combinación para producir irritación cutánea:
- Los factores mecánicos incluyen procedimientos cosméticos (afeitado, depilación con cera, terapia con láser, limpieza, dermoabrasión), hábitos personales (frotamiento excesivo de la piel con jabones, uso de ropa o zapatos ajustados, ejercicio intenso) y exposición profesional (guantes de látex, microtraumatismos de la piel). El trabajo en ambiente húmedo (es decir, la exposición de la piel a líquidos o el uso de guantes oclusivos durante más de dos horas al día o la limpieza frecuente de las manos) es una de las causas más comunes e importantes de irritación de la piel. Entre las profesiones de riesgo se encuentran los peluqueros, el personal sanitario y los manipuladores de alimentos.
- Existe una gran variedad de productos químicos que pueden actuar como irritantes si se da un tiempo de exposición y/o una concentración suficiente. Algunas sustancias se consideran irritantes universales: los ácidos fuertes (fluorhídrico, clorhídrico, sulfúrico, nítrico) y los cáusticos fuertes (hidróxido de sodio, hidróxido de potasio) producen quemaduras graves incluso en exposiciones breves y pequeñas. Los disolventes, incluidos el alcohol, la trementina, las cetonas y el xileno, eliminan los lípidos de la piel, produciendo una irritación directa y facilitando las reacciones irritantes de otras sustancias como el agua y el jabón. La limpieza inadecuada de la piel con disolventes para eliminar la grasa, las pinturas o los aceites es una causa común de irritación de la piel. Las sustancias alcalinas, como los jabones, son más propensas a producir irritación al alterar la barrera cutánea, mientras que los agentes limpiadores con un pH de aproximadamente 5,5 y los geles limpiadores de manos a base de alcohol son menos irritantes y se prefieren para la piel sensible.
- Elementos ambientales como el aire seco, las temperaturas extremas y las variaciones climáticas pueden hacer que la piel sea más susceptible a los irritantes cutáneos. Las alergias alimentarias pueden provocar reacciones urticariformes: los alimentos y condimentos picantes pueden causar dermatitis irritante labial y peri oral. La exposición prolongada al agua puede causar maceración y desecación de la piel.
La irritación subjetiva o intolerancia, descrita como una sensación de hormigueo, ardor, escozor o picor sin alteración visible de la piel, también se observa tras la aplicación de medicamentos tópicos. El propilenglicol, los hidroxiácidos y el etanol son capaces de provocar irritación sensorial en individuos susceptibles. Medicamentos de uso común como el ácido benzoico, el ácido azelaico, el ácido láctico, el peróxido de benzoilo, el mequinol y la tretinoína pueden provocar irritación sensorial. El ácido sórbico es un compuesto orgánico utilizado como conservante en concentraciones de hasta el 0,2% en alimentos, cosméticos y medicamentos. Se ha demostrado una irritación subjetiva con el ácido sórbico al 0,5% y con el ácido benzoico al 1% en individuos susceptibles.
La «piel sensible» o síndrome de intolerancia cosmética es una condición de hiperreactividad cutánea secundaria a sustancias que no se definen como irritantes. Esta afección engloba una compleja combinación de síntomas irritativos objetivos y subjetivos y puede coexistir con procesos alérgicos subyacentes, reacciones urticariales y/o fotodermatitis. Las causas endógenas incluyen la dermatitis seborreica, la psoriasis, la rosácea, dermatitis atópica y dismorfofobia corporal. La supresión de todos los productos cosméticos durante un período prolongado (6-12 meses), seguida de una reintroducción lenta (un producto nuevo cada 2-3 semanas) es útil para tratar el síndrome de intolerancia a los cosméticos.
2.2. Alérgenos
- Las fragancias son cualquier ingrediente básico utilizado en la fabricación o manufactura de materiales por sus propiedades olorosas. Un perfume es una composición creativa o producto compuesto entre 10 y 300 fragancias. Las fragancias representan la segunda causa más frecuente de alergia de contacto en nuestro medio tras la alergia a metales, con una positividad en las pruebas de contacto que varía entre un 1,7 y un 15% y son la causa más frecuente de alergia a cosméticos. La erupción puede limitarse a las zonas de aplicación (cara, cuello, manos, axilas) o presentarse como una dermatitis generalizada, como la que produce el bálsamo de Perú. Los productos que contienen aromas son omnipresentes e incluyen cosméticos, medicamentos tópicos, artículos de tocador, limpiadores y productos de limpieza del hogar. Los productos cosméticos más comúnmente asociados con la alergia a las fragancias, en orden descendente, incluyen desodorantes, lociones perfumadas y perfumes. En 2005, la Unión Europea ordenó enumerar en la etiqueta de los cosméticos de 26 fragancias reconocidas como alérgenos de contacto en las etiquetas de productos cosméticos y domésticos si sus concentraciones exceden las 10 partes por millón (ppm) en productos leave-on y 100ppm en productos rinse-off. Se ha estimado que la prevalencia de sensibilización a las mismas es de un 7.6%. Los cosméticos más relacionados con la sensibilización a fragancias son los perfumes, siendo los productos leave-on causa más frecuente de alergia a fragancias que los productos rinse-off. El hidroxicitronelal y el geraniol son las fragancias que más frecuentemente contienen los perfumes, mientras que el linalol, limoneno y citronelol son los más comunes en los productos de higiene e hidratación diaria. Un alérgeno de importancia en la DAC por desodorantes es el Lyral®
- Los conservantes son compuestos biológicamente activos de bajo peso molecular que evitan la contaminación del producto y su degradación por microorganismos. Los parabenos son los conservantes más empleados en los cosméticos (maquillajes, mascarillas, limpieza de cabello, jabones líquidos), seguidos de los liberadores de formaldehído y las isotiazolinonas/Kathon CG® (23% de cosméticos, sobre todo acuosos, productos sin enjuague y toallitas húmedas). La alergia a los conservantes es una causa común de alergia a los productos para el cuidado de la piel. Los conservantes con mayor prevalencia de sensibilización son el euxylK400® (con sus componentes metildibromoglutaronitrilo y en menor medida, el fenoxietanol) el formaldehído y el Kathon CG®, mientras que los parabenos son los de menor prevalencia.
- El uso generalizado de productos botánicos en cosméticos tópicos y preparados terapéuticos aumenta la probabilidad de exposición a una variedad de posibles alérgenos vegetales. Los productos botánicos comúnmente implicados incluyen las plantas de la familia Compositae, el aceite del árbol del té, el propóleo (derivado de la colmena de las abejas), la menta, la lavanda, los líquenes y la henna, entre otros.
3. Productos cosméticos específicos
3.1. Los alérgenos de los productos de limpieza corporal y facial incluyen fragancias, conservantes, tensioactivos (cocamidopropilbetaína) y componentes de vehículos (alcoholes de lanolina) Las reacciones alérgicas son menos comunes en comparación con los productos sin enjuague, debido a la cantidad limitada de tiempo que la sustancia está en contacto con la piel. Sin embargo, se ha informado de que la cocamidopropilbetaína (tensioactivo), el formaldehído y el MCI/MI son los agentes causantes de la dermatitis alérgica de contacto en los agentes que se aclaran.
3.2. Las cremas hidratantes son una fuente importante de alérgenos sensibilizantes debido a su uso generalizado, su distribución en grandes zonas del cuerpo, su exposición repetida y su mayor penetración debido a su uso frecuente después de la limpieza. Entre los alérgenos más comunes se encuentran las fragancias, los conservantes, la vitamina E, los aceites esenciales, el alcohol bencílico, el propilenglicol y la lanolina.
3.3. Los agentes blanqueadores de la piel contienen una variedad de ingredientes activos que incluyen hidroquinona, corticosteroides, mercurio y otros como arbutina, ácido kójico, regaliz, ácido ascórbico, soja y retinoides, entre otros. La hidroquinona es un agente blanqueador presente hasta en un 2% en las cremas de venta libre y en un 4% en las cremas blanqueadoras de prescripción. Los efectos secundarios conocidos son reacciones irritantes y alérgicas, hipopigmentación e hiperpigmentación. Se ha informado de que la hipersensibilidad de contacto al éter monobencílico de hidroquinona y a otros derivados de la hidroquinona causa alergia de contacto, además de la hidroquinona, que es un sensibilizador débil.
3.4. Los tintes capilares se clasifican en semipermanentes y permanentes. Los tintes semipermanentes se derivan de nitroanilinas, nitrofenilendiaminas y nitroaminofenoles, que utilizan elementos de bajo peso molecular que penetran en la cutícula del cabello. Los tintes permanentes actúan por medio de intermedios primarios (p-fenilendiamina [PPD]), que se oxidan con peróxido de hidrógeno y reaccionan con diferentes acopladores para producir una amplia gama de colores. Una vez oxidada, la PPD deja de ser alergénica. La distribución de la reacción suele ser a lo largo de la línea del cabello, el cuero cabelludo y la cara. Los productos oxidativos para el cabello suelen contener otros potentes sensibilizadores de la piel.
Los blanqueadores del cabello incluyen soluciones de peróxido de hidrógeno que oxigenan la melanina y persulfato de amonio, un agente oxidante muy fuerte y un iniciador de radicales, que puede utilizarse como suplemento de refuerzo en los tintes del cabello. El contacto directo con estos agentes oxidantes puede causar dermatitis irritativa y, en raras ocasiones, quemaduras químicas.
3.5. Las permanentes utilizan mercaptanos para romper los enlaces disulfuro del cabello; a continuación, se añaden neutralizadores para remodelar la configuración. El tioglicolato de amonio (ATG), un agente de disolución de las lociones para ondas permanentes, puede causar grandes daños en el cabello y una dermatitis irritante de contacto aguda. El monotioglicolato de glicerol (GMTG), también conocido como una permanente «ácida», puede causar dermatitis alérgica de contacto y puede persistir como alérgeno activo en los tallos del cabello en concentraciones tan bajas como el 0,25%. También se ha identificado que la cisteamina hidrocálida (CHC), otro ingrediente de las soluciones para ondas permanentes que se utilizan preferentemente para el cabello teñido o dañado causa dermatitis alérgica de contacto en los peluqueros.
3.6. Los esmaltes y endurecedores de uñas contienen nitrocelulosa, resinas, plastificantes, disolventes y diluyentes, colores y agentes de suspensión. Los sensibilizadores de los productos para uñas incluyen aditivos, impurezas, subproductos que se forman durante la polimerización o la degradación y monómeros residuales. El alérgeno más común en los esmaltes y endurecedores de uñas es la resina de formaldehído de tosilamida, seguida de cerca por los acrílicos. La dermatitis tiende a afectar a los lugares a los que comúnmente llegan los dedos (por ejemplo, la cara, los párpados, los lados del cuello, la boca), dejando de lado las manos y los dedos, un fenómeno conocido como dermatitis ectópica de contacto. Sin embargo, con los agentes acrílicos puede producirse una dermatitis localizada en la zona periungueal, que a veces conduce a la distrofia ungueal.
3.7. Los dispositivos de aplicación cosmética, como las esponjas, los rizadores de pestañas y los cepillos de rímel utilizados para aplicar polvos cosméticos y maquillaje de ojos pueden ser una fuente potencial de alergia de contacto en individuos alérgicos al látex o al caucho sintético. Los rizadores de pestañas y los cepillos de rímel que contienen níquel también deben considerarse una causa potencial de dermatitis recalcitrante de los párpados.
Conclusiones sobre las reacciones adversas a cosméticos
Los productos cosméticos se utilizan ampliamente y las reacciones a estos productos se observan con frecuencia en la práctica dermatológica diaria.
El reconocimiento rápido con la identificación y la retirada del agente agresor son elementos clave para el manejo exitoso de dichas reacciones. En caso de duda, consulta siempre a tu dermatólogo.